Resonancia en tiempo real para tumores cerebrales y pantallas para ver dibujos
El hospital infantil de Sant Joan de Déu estrena un bloque quirúrgico con ocho nuevos quirófanos de aspecto galáctico. “Están equipados para este siglo”, resume el coordinador médico de esta nueva zona del hospital, Juanjo Lázaro. “Y todo está pensado para que los niños siempre estén acompañados de su familia mientras estén despiertos”.
Por eso, a pesar de la alta tecnología y las pantallas que proliferan mostrando hasta los últimos detalles de una columna vertebral o un riñón en tres dimensiones, su aspecto está lleno de paneles de madera, salas de estar, consultorios donde preguntar, circuitos enlazados para que nunca le tengan que soltar la mano, zonas aparte de la de juegos para no molestar a los adolescentes, o hasta un armario donde dejar las maletas o la silla de ruedas.
El 30% de los veinte millones invertidos proceden de donaciones de mecenas y empresas
La inversión en estos ocho quirófanos asciende a cerca de 20 millones de euros. La principal parte del gasto se la lleva el sistema público, a través del Catsalut. Pero una tercera parte al menos ha corrido a cargo de mecenas, el principal, la fundación Daniel Bravo, que se ha hecho cargo del quirófano de cardiología y la sala de críticos de 24 horas.
La reanimación de quirófano incluye a los padres, por supuesto. Con silla junto la camilla. Pero las plazas para los niños y adolescentes que necesitan cuidados críticos de 24 horas, como una UCI corta, o semicríticos, incluyen cama para que los padres se tumben a su lado.
Uno de los quirófanos tiene dentro una resonancia magnética –donada por la madre de una paciente– que permite comprobar en tiempo real el resultado de la ablación de un tumor cerebral, por ejemplo. La utilización de técnicas de imagen durante las intervenciones reduce drásticamente el tiempo de la operación y de la recuperación.
Otro tiene un TAC en arco, especialmente importante para las operaciones de traumatología, como las escoliosis. Permite ver en tiempo real la colocación de tornillos en la columna, sin salir del quirófano y sin cerrar la herida. También la tecnología instalada hace posible trasladar en imágenes de realidad aumentada toda la información en 3D obtenida por el TAC sobre el campo operatorio. “La mesa es radiotransparente”, señala el coordinador. “Es una colaboración con Phillips en la que se suman diversas tecnologías”. En otro de los quirófanos se pueden proyectar toda clase de imágenes, películas, dibujos animados, sobre una de las paredes de cristal. Por todas partes hay dibujos de animales, como en el resto del hospital.
Si es chocante entrar a la fría zona de quirófanos rodeado de aparente madera, llama la atención que haya ventanas. Se ven los coches pasando por la calle, y desde el de urgencias, el mar, el puerto y gran parte de Barcelona. “Siempre condenados a los sótanos, la apuesta de confort que hemos hecho para los pacientes y sus familias hemos querido extenderla a los profesionales. Aquí hay ventanas y luz de día”, resume el coordinador médico Juanjo Lázaro.
Los principales cambios no tecnológicos se definieron en reuniones y consultas a los familiares y los propios pacientes. El hospital de Sant Joan de Déu despliega de forma rutinaria estas reuniones con los usuarios para acertar a la hora de hacer cambios en su funcionamiento y las familias fueron poniendo sus prioridades muy claramente.
Por ejemplo, que se duerman y despierten con ellos, o que puedan preguntar claramente y en cualquier momento. Por eso han diseñado una aplicación de móvil con la que interactuar para saberlo todo de la operación en cada momento.