La doctora Marta López Fortuny, especialista en oculoplastia en el Centro de Oftalmología Barraquer, explica la innovadora aplicación en cirugía plástica ocular de la membrana de fibrina, un tipo de plasma rico en plaquetas que aporta unos beneficios sin precedentes a la recuperación de sus pacientes.
Antes de nada, ¿qué es la membrana de fibrina?
Es un preparado de plasma rico en plaquetas, también conocido como PRP, que aporta un valor extra a la recuperación de cualquier cirugía plástica ocular. Se trata de operaciones en los párpados, en el lagrimal y en la órbita del ojo que pueden responder a distintas patologías, a reconstrucciones o a intervenciones puramente estéticas, como la blefaroplastia.
¿Cómo se elabora esta membrana?
La elaboramos en el laboratorio del Centro a partir de la sangre del propio paciente. Así nos aseguramos de que se cumplen todos los protocolos y de que la membrana se elabora en óptimas condiciones para que sea viable, no se rompan las plaquetas y desprenda todos los factores de crecimiento. De esta forma, una hora y media antes de operar, ya tenemos la membrana de fibrina preparada para que esté en las mejores condiciones en el momento de la intervención.
¿Es decir que se aplica durante la cirugía?
Sí, es un procedimiento intraoperatorio. Cuando estamos a media cirugía, sacamos la membrana y la aplicamos antes de suturar, para que quede dentro, y también después, encima de la sutura. Una vez terminada la operación, irá desprendiendo por toda la zona los factores de crecimiento de las plaquetas para crear un aporte extra que la sangre tardaría mucho más en generar. Cuando haya dejado ir todos los componentes, al cabo de cuatro o cinco días, la membrana se deshará.
¿Qué beneficios aporta este procedimiento?
En primer lugar, conseguimos reducir el postoperatorio como nunca antes se había visto en nuestra especialidad: cicatrización más rápida y menos hematoma, edema e hinchazón. Pero, además, este preparado ofrece múltiples beneficios para el paciente. Se trata de un procedimiento autólogo y biocompatible que no provoca rechazo al paciente porque se elabora con su propia sangre, por lo que se puede realizar con cualquier persona de cualquier edad, incluso si se encuentra en tratamiento médico. Además de no tener ninguna contraindicación, se trata de un procedimiento totalmente indoloro, porque lo único que necesitamos del paciente es su sangre, que extraemos aprovechando el análisis preoperatorio. Por último, tenemos que decir que la aplicación de la membrana de fibrina no alarga el tiempo de la cirugía.
¿Cuáles son las diferencias entre el postoperatorio del paciente al que se le ha aplicado esta membrana y el del paciente al que no?
Depende de cada paciente, pero, en general, la cicatrización suele ser al cabo de los tres meses en pacientes normales y, en cambio, los pacientes a los que les hemos aplicado la membrana ya muestran un aspecto mucho mejor al mes y medio. Además, a los diez días ya hay menos hematoma e hinchazón. Todas estas evidencias las hemos recogido en un estudio que hemos elaborado en el Centro con cien ojos y las hemos objetivado con fotografías.
«Conseguimos reducir el postoperatorio como nunca antes se había visto en nuestra especialidad: cicatrización más rápida y menos hematoma, edema e hinchazón»
¿Cuándo empezasteis a trabajar con la membrana de fibrina y en qué cirugías se aplica?
Ya hace un año que en el Centro pusimos en marcha este procedimiento y comenzamos a trabajar con la membrana de fibrina, que hasta ahora no se había llevado a la cirugía plástica ocular. La podemos aplicar en cualquier operación de nuestra especialidad: en blefaroplastias, donde eliminamos párpados caídos y bolsas debajo de los ojos, en reconstrucciones de pacientes que han perdido un ojo y les colocamos un implante, en intervenciones del lagrimal en las que necesitamos que la cicatrización sea muy rápida para evitar infecciones…
¿Y cómo ha sido el recibimiento de los pacientes?
¡Muy bueno! Hay una gran aceptación porque tiene grandes beneficios y no hay ninguna contraindicación ni incompatibilidad. Tampoco es algo externo, como una silicona o un ácido hialurónico, sino que es algo endógeno, del propio paciente.
Aunque la aplicación en oculoplastia es una innovación, hace tiempo que oímos hablar de los preparados de plasma rico en plaquetas. ¿Cómo decidisteis comenzar a trabajar con este procedimiento?
Siempre estamos buscando nuevas fórmulas para que los tejidos se regeneren más rápidamente y que el postoperatorio sea más sencillo para el paciente. Hace años que existe una cultura del PRP y que este tipo de preparados se usan en múltiples ámbitos, desde traumatología hasta tratamientos faciales, porque se ha visto que la sangre lleva todos los componentes necesarios para regenerar el tejido y que sus efectos se multiplican al concentrarlos. Nosotros hemos buscado una aplicación diferente porque, en nuestra especialidad, esta innovación aporta un gran valor añadido a aquellos pacientes laboral y socialmente activos que desean recuperar su actividad en cuanto antes. No estamos hablando de un brazo o un pie recién operados, que se pueden tapar. Al tratarse de cirugías en áreas tan visibles como los párpados o la órbita del ojo, la rápida recuperación que ofrece la membrana de fibrina aporta un gran avance a la cirugía oculoplástica.