«En mi experiencia de más de catorce años con esta lente, he comprobado que dan a los pacientes una calidad de visión excelente»
— ¿Para qué tipo de pacientes están indicadas las lentes ICL?
Para todos aquellos pacientes mayores de 21 años o con miopía o hipermetropía estable y que tengan un rango de dioptrías que esté al alcance de la corrección de estas lentes, que normalmente son pacientes con miopía hasta unas dieciocho dioptrías, astigmatismo hasta seis dioptrías e hipermetropía hasta seis u ocho dioptrías.
—¿Qué puede esperar un paciente de esta cirugía?
Desde el punto de vista quirúrgico es una cirugía sencilla y corta, generalmente hacemos un ojo y al cabo de una semana se opera el segundo ojo. Se hace con anestesia local y la recuperación de la visión es prácticamente inmediata. En la primera semana el paciente ya puede alcanzar su mayor agudeza visual. Es una intervención, desde el punto de vista oftalmológico, reversible, ya que la lente puede ser explantada en cualquier momento.
—Siendo usted cirujano oftalmólogo experto en este tipo de cirugía, ¿por qué elige lentes ICL para sus pacientes?
En mi experiencia de más de catorce años con esta lente, he comprobado que dan a los pacientes una calidad de visión excelente. Es un procedimiento aditivo, en el cual estamos añadiendo una lente al interior del globo ocular y no estamos quitando ninguna lente ni estamos limando ningún tejido corneal. Y eso para pacientes que tienen correcciones más elevadas, es muy importante. No indicamos cirugía refractiva corneal como el láser en pacientes por encima de siete u ocho dioptrías. Por lo tanto, nuestra experiencia con este tipo de pacientes es muy buena.
—¿En qué les cambia la vida a sus pacientes?
Son pacientes que dependen de unas gafas con una graduación elevada, y poder ver el mundo con la misma calidad e incluso mejor que con sus antiguas gafas, es para la mayoría de ellos como lo mejor que han hecho en su vida.
—¿Cuánto tiempo llevan en el mercado y cuánto duran?
Estas lentes llevan en el mercado aproximadamente unos 22 años, ya se tiene suficiente experiencia con el material y los resultados son excelentes. En principio, el material dura para siempre, pero evidentemente, las personas vamos envejeciendo, y en algún momento tendremos cataratas. Los pacientes miopes altos, que conforman la mayoría de los pacientes a los que implantamos esta lente, suelen tener cataratas en edades más tempranas, sobre los cincuenta o sesenta años. Cuando este tipo de pacientes empiece a desarrollar su catarata, habrá que retirar la lente, operar la catarata e implantar una nueva lente.
—¿Qué beneficios tiene frente a otros procedimientos que tratan quirúrgicamente la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo?
El beneficio más importante es la reversibilidad. Es una lente que puede extraerse. Otros procedimientos que moldean la córnea con láser, no son reversibles. Con la amplia experiencia que tenemos de más de 25 años aquí en la clínica operando pacientes de cirugía refractiva, hay que seleccionar muy bien a cada paciente e indicarles y aconsejarles cuál es la mejor técnica quirúrgica para cada uno. Lo más importante es la selección adecuada del paciente, escoger quién se puede operar y quién no y con qué técnica se debe operar.
—Las lentes ICL son desconocidas para muchos pacientes aun llevando 22 años en el mercado, ¿cómo le explica a paciente esta técnica y sus ventajas?
Muchos pacientes saben que existen lentes intraoculares para corregir la miopía, pero generalmente da más miedo que te coloquen un cuerpo extraño dentro del ojo. Yo como cirujano puedo decir que esta cirugía presenta el mismo grado de dificultad que las cirugías consideradas más sencillas por la gente, como puede ser el láser, y les explico que la técnica no les va a doler absolutamente nada, van a recuperar la visión muy rápidamente y que tiene la ventaja de que es reversible. En casos de baja miopía, de baja hipermetropía o bajo astigmatismo las cirugías corneales todavía son nuestras técnicas de elección, pero el implante de lente también permite corregir muchísimos defectos refractivos y con una gran calidad de visión.
Dr. Juan P. Álvarez de Toledo