Pablo Clavel defiende una técnica que es menos invasiva y reduce el tiempo de recuperación frente a las operaciones convencionales
Viene de estirpe de médicos. Su padre es neurocirujano, y su abuelo y bisabuelo también dedicaron su vida a la medicina. El doctor Pablo Clavel, especialista en cirugía de columna y director del Instituto Clavel, ubicado en el hospital Quironsalud de Barcelona, admite el peso de la tradición familiar, aunque asegura que, lejos de suponer una presión, ha sido para él un estímulo y un revulsivo para ejercer la especialidad con compromiso y espíritu renovador.
Esa inquietud profesional le llevó en 2008 a dar un giro a la actual cirugía de espalda y patentar lo que bautizó como «abordajes anteriores lumbares», que no es otra cosa que operar las lesiones degenerativas del disco desde la barriga y no desde la espalda como hasta ahora.
«Poca gente creía en ello, pero no solo ha funcionado porque reduce los riesgos para el paciente y optimiza los resultados, sino que mi centro ya es referente internacional en este tipo de técnica», señala el neurocirujano en declaraciones a este diario.
¿EN QUÉ CONSISTE EL ABORDAJE ANTERIOR LUMBAR?
En operar las lesiones degenerativas del disco por delante en lugar de por la espalda. El objetivo es el mismo: sustituir un disco dañado por otro artificial, pero con esta técnica hay mucho menos riesgo ya que para llegar a los discos no tienes que sortear los nervios y los músculos con los que te encuentras operando desde la espalda. Trabajar con nervios y músculos en medio es complicado porque puedes acabar ocasionando lesiones nerviosas o daño muscular. En cambio, cuando intervienes por la parte delantera esos riesgos desaparecen. Solo hay que sortear los intestinos y las arterias y venas que van a las piernas, aunque el acceso es más directo y con menos riesgo. Además, el postoperatorio se reduce pasando de los seis meses de recuperación que requiere la cirugía tradicional a unos dos meses.
¿CÓMO SE SORTEA EL INTESTINO?
En primer lugar, se realiza al paciente una pequeña incisión en la parte inferior del ombligo y después, mediante cirugía mínimamente invasiva, se rodea el peritoneo y se llega a la zona lumbar en la que se ha de intervenir. Una vez allí, se coloca un separador para sortear arterias y venas y se opera con menos dificultad y más garantías.
¿POR QUÉ HAY TAN POCOS CENTROS EN LAS QUE SE REALIZA?
Cuando empezamos a utilizar esta nueva técnica, al año realizábamos unas treinta intervenciones. En 2017 se realizaron 250 y en lo que llevamos de 2018 ya hemos practicado 300. Respecto a por qué no se ha generalizado esta técnica, pues por la alta especialización que requiere para ejecutarla. Aún hay pocos especialistas con suficiente formación para llevarla a cabo. Por eso, muchos de nuestros pacientes son extranjeros, somos centro de referencia internacional.
¿HARÁN LAS CÉLULAS MADRE DESAPARECER LA CIRUGÍA DE ESPALDA?
No. En primer lugar, es importante recordar que, a nivel discal, que las células madre regeneren no está demostrado. Hay algunos ensayos, pero el uso de estas células para recuperar lesiones en el disco está aún en una fase muy experimental. Lo que se ha visto al inyectarlas es que no todas sobreviven. En la zona en la que se implantan hay poca sangre, igual para que sean capaces de regenerar el disco es necesario que se le proporcionen las condiciones oportunas, darles un empujón. De todos modos, eso va a llegar, lo que no significa que vaya a desaparecer la cirugía de espalda. No vamos a poder renunciar a ella, al menos en los próximos 50 años.
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