¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma se define como una enfermedad del nervio óptico irreversible que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante es la presión intraocular (PIO) elevada. La importancia de esta enfermedad se pone de manifiesto en cuanto supone la segunda causa de ceguera en los países desarrollados.
Hablamos de glaucoma cuando constatamos que el nervio óptico está afectado (éste actúa como conductor de la información desde el ojo hasta el cerebro). Por otro lado, la hipertensión ocular ocurre cuando únicamente la PIO está elevada.
La PIO está determinada por la velocidad de producción del humor acuoso (líquido responsable del tono ocular), y por la resistencia y dificultad en su drenaje.
Existen una gran variedad de tipos de glaucoma, aunque en términos generales lo podemos clasificar según su origen (primario o secundario) y según la amplitud angular (ángulo abierto o acerrado).
Síntomas
Dado que la mayoría de los pacientes afectados de glaucoma no suelen tener síntomas hasta entrar en fases avanzadas de la enfermedad, y teniendo en cuenta la irreversibilidad de los daños, es de vital importancia diagnosticar la enfermedad en su fase más temprana.
Los factores predisponentes son: edad mayor de 40 años, antecedentes familiares, miopía, diabetes, hipertensión arterial o enfermedades cardiovasculares, entre otros.
Tratamiento
La mayoría de tratamientos del glaucoma van encaminados a aumentar el drenaje y en algunos casos disminuir la producción de humor acuoso.
Los pilares de tratamientos son tres, de menos a más invasivos:
Médico-Farmacológicos: mediante colirios, que deben ser aplicados una vez al día, dos o tres en función de cada uno. En casos muy concretos pueden administrarse comprimidos.
Láser, muy seguro y de carácter ambulatorio. Existen tres modalidades. La iridotomía láser, habitualmente de carácter preventivo. Muy eficaz en el ataque agudo de glaucoma. La Trabeculoplastia láser, para tratar glaucomas de ángulo abierto según su fase evolutiva y la edad del paciente. Y, finalmente, la cilclofotocoagulación transescleral diodo, enfocada a tratar los procesos ciliares, productores de humor acuoso.
Quirúrgico: Las dos técnicas más comunes son la trabeculectomía y la esclerotomía no perforante. Como tercera opción existen implantes de válvulas. Estas técnicas favorecen la filtración del humor acuoso.
Prevención
Es una enfermedad crónica que requiere revisiones continuadas y el buen cumplimiento del tratamiento es indispensable para un eficaz control de la enfermedad. Al ser una enfermedad en sus fases iniciales asintomática, el diagnóstico precoz es el mejor aliado para poder controlar la evolución.
Los Glaucomas primarios pueden tener una base genética, que puede o no manifestarse. Por ello se aconseja un control muy exhaustivo a los hijos de padres con glaucoma. Además, en aquellos pacientes con factores predisponentes se recomiendan revisiones oftalmológicas anuales.